lunes, 3 de abril de 2017

Dios nos ama



Si dijeran "alguien está enamorado de ti", sentirías probablemente un primer momento de vanidad y de curiosidad. ¿Quién será? Pero enseguida una reacción de sensatez: No me interesa nada que pueda ir contra mi estabilidad y fidelidad afectiva. Supón que te dicen: "Ese Alguien dará consistencia y sentido a tus amores básicos. Te salvará con su Amor de todos los peligros".

¿Quién ese enamorado mío? Es Dios. San Josemaría escribió "La Trinidad se ha enamorado del hombre". El sentido último de nuestra vida es corresponder a ese Amor que Dios nos tiene y fomentar el santo orgullo de sabernos hijos de Dios.      
                 
 La correspondencia al Amor de Dios a través de los Sacramentos, en nuestro trato habitual con El (=oración) y en la conducta llena nuestra vida de felicidad.

Por eso la esperanza cristiana es “sólida, por eso  no defrauda. No se basa en lo que hagamos o seamos, ni tampoco en lo que creamos. Su fundamento, es decir el fundamento de la esperanza cristiana,  es lo más fiel y seguro que hay, el amor que Dios nutre por cada uno de nosotros. Es fácil decir : Dios nos ama; todos lo decimos. Pero pensad un poco: ¿Cada uno de nosotros es capaz de decir: “Estoy seguro de que Dios me ama”?. No es tan fácil decirlo, pero es verdad. Es un buen ejercicio éste de decirse a uno mismo: Dios me ama. Esta es la raíz de nuestra seguridad, la raíz de la esperanza (Papa Francisco, Audiencia general).


                                                                                                                                     J.S.

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