La intención de este blog
está dicha en su mismo título Seguir al Papa Francisco. Lo que pretendo es
atender a sus palabras y a los gestos que escenifican o rubrican su mensaje, con la confianza de quien oye al Obispo de Roma, Padre común de los cristianos, guía
espiritual para pastores y fieles de la Iglesia Universal. No encontraréis en
este blog espacio para otro tipo de consideraciones que abundan en otros
medios; me refiero a noticias y comentarios sobre nombramientos de Curia,
juicios sobre supuestas segundas o terceras intenciones en decisiones papales,
correlación de fuerzas entre tendencias en el seno de la Iglesia, comparaciones
entre este pontificado y lo anteriores, etc. No me interesa ese mundo de
conjeturas. Me basta la predicación sólida y tradicional del Santo Padre, su
constante exhortación a una vida verdaderamente cristiana, su crudo realismo
ascético y espiritual.
Hoy el Santo Padre, en su homilía de Santa Marta, ha vuelto a alertarnos ante la actividad del demonio, que
no es el nombre simbólico de la difusa presencia del Mal en el mundo, sino una
criatura desgraciada que intenta en vano oponerse a la victoria de Cristo. Una
de sus tareas preferidas es suscitar la división, la mentira, la cultura de la
muerte.
Éstas
han sido palabras del Papa: “Vigilancia, porque la estrategia del demonio es
ésta: ‘Te has convertido en cristiano, va adelante en la fe, te dejo, te dejo
tranquilo. Pero luego, cuando te has acostumbrado, y no vigilas tanto, y te
sientes seguro, yo regreso’. El Evangelio de hoy comienza con el demonio
expulsado y el demonio ¡que regresa! San Pedro lo decía: ‘Es como un león
feroz, que da vueltas a nuestro alrededor’. Es así. ‘Pero, Padre, ¡usted es un
poco anticuado! Nos asusta con estas cosas’... ". No, ¡yo no! ¡Es el
Evangelio! Y no son mentiras: ¡es la Palabra del Señor! Pidamos al Señor la
gracia de tomar en serio estas cosas. Él ha venido a luchar por nuestra
salvación. ¡Él ha vencido al demonio! Por favor, ¡no negociemos con el demonio!
Él trata de volver a la casa, de tomar posesión de nosotros... No relativizar,
¡vigilar! ¡Y siempre con Jesús!”.
A esto me refería al
principio al hablar del crudo realismo en la predicación el Papa Francisco.
J.S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario